Linus Benedict Torvalds

Linus Benedict Torvalds nació el 28 de diciembre de 1969 en Helsinki (Finlandia). Pocos pensaban que, desde un lugar tan perdido en el norte de Europa, pudiera salir el hombre que ha revolucionado el mundo de la informática.

Su primer contacto con un ordenador lo tiene a los 11 años, cuando su abuelo, matemático y estadístico, se compró un Commodore y le pidió ayuda para usarlo. Lógicamente, cuando tuvo la edad, Linus entró a estudiar en la Universidad Tecnológica de Helsinki, donde se gestó el nacimiento de Linux.

En la primavera de 1991, comenzó a desarrollar un kernel (núcleo del sistema operativo) basado en Unix para computadoras con microprocesadores Intel. Una vez acabado, lo puso al servicio de todos a través de un servidor FTP. Torvalds bautizó a su creación como Freax (free+freak+x), pero el gestor del servidor prefirió Linux, que era el nick de Linus en la universidad.

A partir del anuncio de este finlandés con cara de niño bueno, muchos programadores fueron uniéndose a la iniciativa. De esta manera, de las 50.000 líneas de código que colocó Linus se ha pasado a más de un millón. Rápidamente, Linux unió su proyecto a la filosofía GNU (GNU is not Unix), por la que el software es libre y todos los componentes que lo integran están acompañados por su código fuente.

En sus 10 años de vida (cumplidos el 25 de agosto de 2001), Linux ha ido creciendo y se ha convertido en el gran rival de Windows. Frente al multimillonario negocio que representa Bill Gates, Linus Torvalds aparece como un Don Quijote capaz de luchar contra molinos (en este caso, ventanas), como un Robin Hood que ha regalado lo que otros venden.

El finlandés no busca dinero. Es un programador, quizás un hacker, y se divierte programando, simplemente programando. Su imagen no tiene nada que ver con la de Gates. Enemigo de los trajes y dormilón empedernido, este personaje luce una incipiente barriga forjada a base cerveza Guiness. Pasa de los fastos. Sólo hay que echarle un vistazo a su web personal para darse cuenta. 

Actualmente, es ingeniero de software de Transmeta, una empresa de Silicon Valley en la que tiene participación Paul Allen, cofundador de Microsoft. Curiosa paradoja. 

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