¿Ud. pensaba que la
Fecundación «in vitro»
era un acto humanitario?

Fr. Nelson Medina F., O.P.

 

Pues, desengáñese. La fecundación llamada «in vitro» implica la creación de embriones humanos para tratar de implantarlos en el útero de la mujer que quiere ser mamá. Hay excedentes en el proceso. Excedentes humanos condenados a un destino absurdo.

Cuando se piensa en que una pobre mujer o una pobre pareja quiere tener "su" niño, todos nos conmovemos ante su frustración, pero, ¡cuidado! No es lícito vencer cualquier frustración a cualquier precio.

Un ejemplo extremo nos ayuda a entender esta idea, que suele dejarse en penumbra.

Si una pareja, para tener la alegría de ser papás, secuestrara al bebé de un vecino, ¿aceptaríamos este procedimiento para vencer su frustración? Desde luego que no. Quede claro, entonces, que no es lícito vencer cualquier frustración a cualquier precio.

El caso de la fecundación in vitro es aún más grave que el del secuestro. De suyo, aunque se trata de un crimen abominable, el secuestro preserva la vida del secuestrado. En la fecundación in vitro se producen embriones humanos que se convertirán en "material" de desecho o de experimentación. ¿Haría Ud. eso con sus hijos?

Estas no son posibilidades, no son hipótesis: es lo que está sucediendo ahora mismo.

En la agencia católica de noticias ZENIT del 12 de mayo de 2002 se publicó esta frustrante noticia: "Canadá investigará con embriones humanos, pero prohíbe la clonación". Más adelante explica: "La legislación es punto medio adoptado por la ministra Anne MacLellan entre las restricciones a la investigación con embriones establecida por Estados Unidos y una ley como la de Gran Bretaña, que permite a los investigadores crear embriones sólo para estudio."

Lo que uno pregunta es: ¿y de dónde van a sacar los embriones estos canadienses? Ya presentimos la terrible respuesta: embriones "sobrantes" de fecundación in vitro. Y así es, para vergüenza de la raza humana: "los investigadores tendrán que inscribirse en una nueva agencia reguladora para tener acceso a los embriones sobrantes creados en las clínicas de fertilidad, pero que no se piensan fecundar."

¿Embriones sobrantes? Sí, esos que quedaron después de que una paraje tierna y frustrada logró el embarazo que quería y por tanto ya no quiere los embriones que se produjeron cuando se estabatratando de fecundar a la mujer.

Y ¿qué va a ser de esos embriones "sobrantes", de esos que quedaron después de darle un hermoso bebé a la pareja que se sentía frustrada? Leemos: "Jim Hughes, presidente nacional de la Coalición Campaña por la Vida, dijo que el proyecto de ley permite la destrucción de embriones humanos para investigar con células estaminales."

No son hipótesis. Es la realidad.

Por eso, cuando sus amigos o parientes le digan que piensan en "reproducción asistida", le pido que considere como un deber moral muy grave advertirles sobre cuál es el precio real en vidas humanas que se paga por vencer esa frustración. Cada niño "probeta", cada niño fruto de fecundación in vitro tiene a su lado un número indeterminado, más de tres, por lo común, de hermanos suyos asesinados.

 

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